IN MEMÓRIAM
Rubén Sierra Mejía y su legado:
“El filósofo colombiano aún no se ha preparado para la controversia”
El espectador.
Por: Damián Pachón SotoEl pasado 28 de junio falleció el filósofo colombiano Rubén Sierra Mejía. En este artículo recordamos su legado, especialmente, su preocupación por rescatar la tradición filosófica colombiana, impulsar la cultura y repensar el país.n una conferencia titulada “Obstáculos a la investigación filosófica en Colombia” presentada en 1980, convertida posteriormente en un artículo y publicado en su libro Ensayos impopulares (Universidad de Caldas, 2002), el maestro Rubén Sierra Mejía hacía un diagnóstico de las múltiples causas que afectaban el desarrollo filosófico en Colombia. Entre ellos mencionaba obstáculos sociales como la situación del intelectual colombiano, el cual no ocupaba un puesto digno y era básicamente un “exiliado de su sociedad”. En ese mismo escrito también señaló la difícil situación del profesor en la universidad, la carencia de bibliotecas, traducciones, el uso ideológico del pensamiento, el nacionalismo provinciano que, soslayando el contacto crítico con otras formas culturales, impedía confrontar y “poner en cuestión la estructura social y política”.Pues bien, la labor de Sierra Mejía, con su amplio bagaje cultural, especialmente filosófico y literario, fue siempre la de engrandecer la cultura nacional y, específicamente, nuestro trabajo teórico e intelectual. Él puso su formación al servicio del país, con una mirada amplia, diversa y crítica, alejado de todo espíritu de secta, esto es, como un auténtico filósofo que comprendía que la labor del docente era guiar, sin descalificar y sin formatear al estudiante. Antes bien, se trataba de infundir un espíritu inquieto, libre, apasionado y riguroso, muy alejado de los feudos intelectuales tan presentes hoy en las facultades de filosofía del país. Su vida y su enseñanza, según sus discípulos, y quienes nos pudimos acercar a sus escritos y escuchamos algunas de sus conferencias, era la de crear un auténtico ethos filosófico.Esta labor la desempeñó ya al frente de instituciones culturales como la Biblioteca Nacional, de la cual fue director, ya como director de la revista Ideas y valores, sin duda la publicación filosófica más importante del país; como traductor de algunos textos de la filosofía analítica, de la cual se considera uno de sus promotores en Colombia. A ella dedicó algunos estudios de caracterización, así como textos específicos sobre Bertrand Russel. Al respecto, ya desde bien temprano entendía que ésta filosofía “ni es positivismo lógico, ni es una simple prolongación de éste”. Sierra tenía, valga decir de paso, una preocupación fundamental por el tema del lenguaje, la precisión del mismo, la necesidad de depurar y aclarar las presuntas confusiones filosóficas, temas todos heredados de esa corriente, tanto de la versión más tradicional, como de la más actual y sus intereses pragmáticos. Por eso asentía con Wittgenstein cuando decía: “porque los problemas filosóficos surgen cuando el lenguaje está de vacaciones”. Fue esto lo que lo llevó a la “Defensa del lenguaje común”, a plantear que el filósofo debe tener una “voluntad de estilo que busca expresar bellamente un pensamiento”,y de que la labor de la filosofía siempre consiste en superar los lenguajes heredados para evitar el escolasticismo y al anquilosamiento. Desde este punto de vista era posible conciliar la aridez de los lenguajes científicos y filosóficos, tal como lo habían hecho Russel y Bergson, sin “discriminar al lector”.Articulo tomado de : https://www.elespectador.com/noticias/cultura/fallecio-el-filosofo-ruben-sierra/
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