Album Ofcol

jueves, 21 de noviembre de 2019


Día Mundial de la Filosofía

La UNESCO comenzó a celebrar el Día Mundial de la Filosofía en 2002 aunque no fue hasta el 2005 en el que declaró su conmemoración oficialmente el tercer jueves del mes de noviembre.

¿Qué es la filosofía?

La filosofía proviene de la palabra griega phílosophía, que significa "el amor a la sabiduría" y es uno de los campos más importantes del pensamiento humano, ya que aspira a llegar al sentido mismo de la vida, al estudio de la naturaleza de la realidad y de la existencia, y del comportamiento correcto e incorrecto.

¿Por qué un Día Mundial de la Filosofía?

El Día Mundial de la Filosofía celebra la importancia del pensamiento filosófico y anima a las personas de todo el mundo a compartir su herencia filosófica entre sí. Porque la filosofía es la base para la paz mundial.
Dicho en palabras de la UNESCO, la filosofía proporciona las bases conceptuales de los principios y valores de los que depende la paz mundial: la democracia, los derechos humanos, la justicia y la igualdad.

Objetivos del Día Mundial de la Filosofía

Los principales objetivos del Día Mundial de la Filosofía son los siguientes:

  • Renovar el compromiso regional e internacional a favor de la filosofía.
  • Promover la investigación y el análisis filosófico sobre los grandes problemas de la humanidad para poder responder mejor a los desafíos del mundo contemporáneo.
  • Concienciar a la opinión pública sobre la importancia de la filosofía y su utilización para tomar decisiones importantes.
  • Hacer un balance de la situación de la enseñanza sobre filosofía en el mundo.
  • Subrayar la importancia de la enseñanza filosófica para las generaciones futuras.
  • Tema del Día Mundial de la Filosofía para 2019

    En 2019 se quiere resaltar la importancia de la filosofía a nivel regional, para que desde este ámbito se pueda contribuir a los problemas y desafíos mundiales como la migración, la radicalización, la inteligencia artificial y las amenazas sobre el medio ambiente. La filosofía puede hacer mucho para ayudar a resolver los problemas mundiales. 
  • Tomado de :https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-filosofia


martes, 29 de octubre de 2019

Filosofía de la pantalla

Ciertamente, el cine es la explicación  en imágenes de la realidad y, por tanto, está directamente relacionado con las interpretaciones filosóficas del mundo y de lo humano. Actualmente, parece que todo tiene que ser expresado en pantallas de cine y televisión. Y con las tabletas y otros dispositivos electrónicos las imágenes ocupan el espacio cultural de la mayoría de las personas. Es como si las palabras escritas o habladas perdieran parte de su valor representativo ante la fuerza de las imágenes en movimiento.  Pero no es así.
De hecho, las grandes novelas dan muchos más detalles a sus lectores que las películas que representan  las vicisitudes de los personajes. O una parte de las mismas. La profundidad del lenguaje escrito es mayor siempre que la que ofrecen las películas.
Aunque también es verdad que los grandes directores de cine saben darnos excelentes películas que son una especie de sinopsis de momentos de la vida que resultan inolvidables. Una de las grandes ventajas del cine es que ofrece a los espectadores la unión de las emociones y sentimientos con las palabras y la música, con toda la fuerza que esto mismo supone. La pantalla se convierte en un espejo de la vida en toda su complejidad y sencillez maravillosas.
Filmes como Memorias de África nos hablan de la grandiosidad de la existencia de la vida y de lo emocionante que es vivir, si se piensa en la enorme cantidad de experiencias que se pueden experimentar y de lo feliz que se puede ser. A la vez nos recuerdan también lo fugaz que es todo y los cambios inevitables de la   realidad  causados por el paso del tiempo que es inexorable para todos.
El cine, a mi juicio, es como una especie de duplicación de la existencia humana, ya que nos permite vivir doblemente con los personajes y los ambientes y situaciones. Nos pone en otras épocas con el poder de la imaginación y la fantasía y también con la ambientación y los efectos especiales. Recrea el pasado. Bastantes veces de manera infiel, aunque no siempre.
También nos muestra cómo somos realmente desde la pantalla, incluso con la representación creada por los actores  y con el talento de todos los que intervienen en las producciones del Séptimo Arte.
En las películas aparecen reflejadas la grandeza y la pequeñez humana y también los grandes logros  y la extraordinaria aventura que, en el fondo, puede ser la vida.
En los distintos géneros de películas se tratan multitud de temas que van desde el amor a la amistad pasando por el dolor, la soledad, la alegría, el deseo de aventura, la felicidad y otros muchos aspectos de lo que constituye el mundo de la vida. Y esto también es tratado por los ensayos de  los filósofos.
La cultura escrita parece que está siendo relegada a un lugar secundario frente a la invasión de los contenidos ofrecidos en pantallas. La sociedad de las imágenes en la que nos movemos deja apartada la cultura libresca como si fuera algo anticuado y realmente no lo es. En cualquier caso, los libros digitales se leen en pantallas también, lo que da una idea clara de la fusión de plataformas en la era digital o electrónica.
La integración de lo escrito y lo audiovisual creo que es el mejor camino para entender que la cultura dispone de diferentes canales de difusión y que todos son importantes y necesarios para la sociedad.
Quizás, lo más difícil sea la búsqueda de un equilibrio entre lo escrito y lo audiovisual, ya que se está asistiendo al predominio de lo visual, de las imágenes y del sonido. El silencio ha perdido la batalla en el mundo actual frente al predominio del ruido y del alboroto.
La interpretación de la realidad humana está mediada por las representaciones audiovisuales y por el lenguaje hablado especialmente. Lo escrito forma parte de la tradición y es también conocimiento, pero en la sociedad del siglo XXI ha quedado relegado a una posición secundaria.
En realidad, los conocimientos están en los libros, en millones de ellos. El análisis e interpretación  de las imágenes y de las escenas en las películas forma parte también de  la filosofía del cine.
Muchas películas sirven para explicar cuestiones filosóficas esenciales, porque a través de las secuencias y la trama de determinados largometrajes se puede observar la naturaleza humana y social.
Tomado de: 
https://eurasiahoy.com/28102019-filosofia-de-la-pantalla/?fbclid=IwAR2sCNo_HeQV0u5tpevz1aX6vDfWKVE-uCfyFgwM7eVP5YPdGDDzKhk4Quo

Conferencia Anual de Filosofía de la Ciencia, Universidad El Bosque (Bogotá, Colombia)

La  Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia, con apoyo de la  Maestría en Filosofía de la Ciencia de la Universidad El Bosque, le invita a la Conferencia Anual de Filosofía de la Ciencia, que tendrá lugar el próximo miércoles 30 (4 p.m.) y jueves 31 (5 p.m.) de octubre de 2019 en el Auditorio Fundadores de la Universidad El Bosque. 
En esta oportunidad el conferencista será el profesor Ivar Rodríguez Hannikainen, doctor en Filosofía de la Universidad Sheffield y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil), experto en filosofía experimental, ciencia cognitiva y filosofía moral. 
Las conferencias serán las siguientes: 
30 de octubre 4 P.M.
Objetividad y credibilidad en las ciencias sociales
Auditorio Fundadores
Universidad El Bosque
Carrera 9 # 131a-02, Bogotá
Entrada libre.
 Mayor información en el siguiente enlace: 
 http://socolfil.org/noticias-scf/299-conferencia-anual-de-filosofia-de-la-ciencia-universidad-el-bosque-bogota-colombia?fbclid=IwAR1P0xSsck1FbJA4NiJOwFW6ZM4QJN_0nyLH2ijjWer4o4cMnvFQk74TrCQ

miércoles, 23 de octubre de 2019

Los cíborgs ya están aquí: ingenieros contra filósofos en el fin de los tiempos

El artista cíborg Neil Harbisson, con una antena implantada en la cabeza que le permite 'escuchar' la luz. (EFE)

Los implantes cibernéticos en el cuerpo humano son una realidad.

 El objetivo: 

mejorar el cuerpo humano a través de la tecnología. ¿Dónde nos llevará el transhumanismo?

El confidencial. 07/10/2019

Gracias a un dispositivo instalado detrás de su cabeza, Manel Muñozpuede “escuchar” la atmósfera. El aparato recoge los cambios de temperatura, presión y humedad, y transmite vibraciones al oído a través de conducción ósea. “Es como una especie de prótesis auditiva. El cráneo sirve de membrana y así Manel puede ‘escuchar’ el estado de la atmósfera. Aunque no es exactamente escuchar, sino ‘sentir’ el sonido”, explica Fénix Binario, el ingeniero que construyó este órgano tecnológico. Como Manel, otros se han implantado sus diseños para percibir la contaminación del aire o los rayos ultravioleta. Esta tecnología integrada en el cuerpo humano amplía los cinco sentidos, permite escoger nuevas formas de percibir el mundo. Y la persona que recibe el implante deja de identificarse como un organismo. Se convierte en algo que, para muchos, sigue atrapado entre líneas de ciencia ficción: un cíber-organismo o cíborg.
Fénix es ingeniero mecatrónico y dirige el Cyborg Foundation Labs en Barcelona, donde las ideas y proyectos de la Cyborg Foundation "bajan a tierra firme". Hace nueve años, los artistas cíborg Moon Ribas y Neil Harbisson, la primera persona que fue reconocida como cíborg por un gobierno, crearon esta entidad para “ayudar a los humanos a convertirse en cíborgs, defender sus derechos y promover el arte cíborg”. Según Fénix, la fundación es un punto de encuentro para artistas, ingenieros, filósofos, abogados, médicos... “Tenemos un mismo objetivo: la conquista del transhumanismo, del poder diseñarnos a nosotros mismos”.
No se trata de una quimera futurista, ni siquiera de un movimiento reciente. En el siglo pasado, biólogos y filósofos soñaban ya con una humanidad soberana, liberada de la tiranía de la evolución biológica para tomar las riendas de su desarrollo. Algunos, incluso, encuentran en el superhombre nietzscheano un empoderamiento que pudo ser germen del movimiento transhumanista. El término fue acuñado en 1957 por Julian Huxley, biólogo y hermano del autor de ‘Un mundo feliz’. El desarrollo de la tecnología y la ingeniería genética que se presenta aterrador en la novela era, para el hermano del escritor, el cultivo de una nueva existencia. En su utopía, evitar la miseria y las enfermedades sería una cuestión de voluntad. El sufrimiento, las limitaciones y el dolor se erradicarían gracias a una especie de Ilustración tecnológica.
Muchas de las propuestas del transhumanismo actual están ligadas a la transformación tecnológica del cuerpo, lejos de lo que Huxley pudo imaginar. “La tecnología que queremos crear es de relevo. Venimos recogiendo la labor que iniciaron Neil Harbisson y Moon Ribas, y es probable que la próxima generación cíborg recoja lo que estamos desarrollando nosotros. Queremos cambiar la interacción de los humanos con la tecnología y que el propio cíborg genere un nuevo paradigma económico, que sea dueño de todo. Esto abre muchos campos de pensamiento. Creo que es lo más cercano a la libertad. Dejaremos de llevar o usar tecnología para ser tecnología”, opina Fénix.
“Lo que hoy es una casa domótica o inteligente puede acabar siendo una extensión de nuestro cuerpo. Igual que existen fábricas robotizadas, el trabajador autónomo pueda manejar un brazo robótico como una extensión de sí mismo. Al final, se podrían suplantar las economías que utilizan a personas como mano de obra barata o desechable. Además, intentamos que nuestros diseños sean accesibles en todos los sentidos. Implantarse un chip, conectarse a un brazo robótico, generar tu propio modelo de negocio y no depender de nadie”.
Este ingeniero cuenta que uno de los retos de la Cyborg Foundation es el consumo energético de los implantes. Buscan un sistema que pueda mantenerse en funcionamiento con la temperatura corporal. “Una vez que esto esté validado y se pueda colocar en el cuerpo, nos gustaría lanzar un glucómetro no invasivo. Se trata de un medidor de glucosa en sangre que pueda desarrollar un algoritmo para regular las inyecciones de insulina. El objetivo es evitar los picos de glucosa que dañan el organismo de las personas diabéticas. En su última fase, la idea es que el glucómetro implantado tenga conexión 'bluetooth' para comunicarse con un móvil. Se podría observar la curva de la glucosa en sangre, compilar datos sobre el tipo de absorción del cuerpo y prever cuándo será necesaria una inyección de insulina. Así, las variaciones serían menos pronunciadas. Creo que la sociedad entera verá este tipo de tecnología tan útil como un teléfono móvil. Al principio, puede parecer invasiva o dar miedo. Pero si el receptor sabe qué se está implantando y tiene un control total, da muchísima libertad”.
Algunos de los órganos cibernéticos encuentran inspiración en la naturaleza, como el sentido de orientación de las aves. “La compañía Cyborg Nest creó un prototipo, pero todavía está en fase experimental. A través de una glándula y de un mineral llamado magnetita, los pájaros pueden percibir el campo magnético del planeta. Esto les ayuda aorientarse en sus movimientos migratorios. Un dispositivo con esta función podría implantarse en personas invidentes, por ejemplo”.
La mejora física o cognitiva del ser humano a través de la tecnología ha encontrado detractores en la filosofía, la bioética, la religión o en distintos puntos del espectro político. Francis Fukuyama aseguró que la igualdad podría ser “la primera víctima del transhumanismo”. La idea de una dignidad humana, individual pero compartida, funda las bases del liberalismo político. Y, según el politólogo de origen japonés, modificar esa esencia está en el núcleo del proyecto transhumanista. “Si comenzamos a transformarnos en algo superior, ¿qué derechos reclamarán estas criaturas mejoradas y qué derechos poseerán en comparación con los que quedan atrás? Si algunos avanzan, ¿alguien puede permitirse no seguir?”.
¿Cuál será la esencia de lo humano, y cuáles las líneas rojas para protegerla? Desde el punto de vista religioso, el transhumanismo supone una conquista peligrosa de la divinidad. En 2002, la Comisión Teológica Internacional expresó sus inquietudes respecto a “los límites del hombre para recrearse a sí mismo”. Concluía que el ser humano, como “creación de Dios”, no tiene derecho a “disponer plenamente de su naturaleza biológica”. Fénix reconoce que algunas críticas provienen de colectivos religiosos. “Algunos hablan incluso de ‘la marca del diablo’”. También menciona casos puntuales de comentarios negativos o actos vandálicos hacia los que se identifican como cíborg. “Gente que intenta arrancar el órgano por pura mofa… A mí no se me ocurriría asaltar a alguien para quitarle los pendientes, las gafas o el gorro que lleve. Dejando a un lado a esta gente irrespetuosa, creo que tenemos mucha aceptación”.
En un contexto religioso o no, la preservación de la naturaleza humana suele estar en el centro de las críticas al transhumanismo. “No creo que apelar a la dignidad humana sea acertado ni resuelva este debate”, opina Antonio Diéguez, catedrático de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Málaga y autor del libro‘Transhumanismo: la búsqueda tecnológica del mejoramiento humano’ (Herder, 2017). “Hay modificaciones del cuerpo o de nuestra condición biológica que sí podrían suponer una instrumentalización del ser humano o un ataque a nuestra dignidad, pero hay muchas otras que no. Yo mantengo una posición de crítica moderada, apuesto por estudiar los casos concretos”.
Texto completo en el siguiente enlace:
https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-10-07/transhumanismo-ciborg-tecnologia-organos_2261553/?fbclid=IwAR2fud4c5zhPnL_tnyEc6nG9iiKTxfJ81iEP7FnGeu6WOjE5-6b4MYT6kMM

jueves, 12 de septiembre de 2019



A partir del próximo 18 de septiembre se llevará a cabo el VI Congreso Iberoamericano sobre el pensamiento de Paul Ricoeur. Las inscripciones para asistentes se llevarán a cabo el primer día (18 de septiembre) en las instalaciones de la Universidad de La Salle (Carrera 5 No 59A-44) en Bogotá, a partir de las 8:00 a.m. 


Los costos los pueden consultar en:
https://congresopaulricoeur2019.blogspot.com/p/inscripciones.html?fbclid=IwAR24P71-oL6V42UYO_T5tCfFZtc0PiGCbngEfmMQu_pkyktFWvEq6HsdC5Y





Revista Arcadia. 2019/09/10. POR MARÍA DEL ROSARIO ACOSTA LÓPEZ

Es la primera vez que esa mención se le otorga a una mujer filósofa. Se trata de Laura Quintana, por su libro ‘Política de los cuerpos: Jacques Rancière y las torsiones de la emancipación'. Otra filósofa, María del Rosario Acosta, lo comenta.
Cualquier académico que se respete conoce el prestigio de los premios nacionales a la investigación otorgados cada año por la fundación Alejandro Ángel Escobar. Los premios son considerados el más alto galardón científico que se entrega en el país.







Este año, en su versión número 64, en la categoría de Ciencias Sociales y Humanas, el libro de la filósofa colombiana Laura Quintana Porras recibió una de las dos menciones de honor.
Es solo la segunda vez que un trabajo en filosofía es premiado por la Fundación, y la primera vez que dicha mención es otorgada a una mujer filósofa. Dada la importancia del premio, y la relevancia de la investigación de Quintana –y considerando que la disciplina misma de la filosofía tiende a ser conocida y destacada en Colombia principalmente como una disciplina liderada por hombres– vale la pena celebrar la decisión de la Fundación de destacar el trabajo filosófico de Quintana.
El libro, a ser publicado para la próxima Feria del Libro por la Editorial Herder, es, como lo destaca el comunicado de la Fundación, un aporte original no solo a la investigación en filosofía –es el primer trabajo exhaustivo escrito en español sobre la obra del filósofo francés Jacques Ranciére– sino al trabajo crítico en Ciencias Sociales, al enfocarse en el problema y la experiencia cotidiana del cuerpo como un punto de partida para repensar la política.
En efecto, una de las virtudes de Política de los cuerpos es el equilibrio que logra la autora, muy poco común en filosofía, entre una exposición académica rigurosa, y un lenguaje claro, dirigido a una audiencia mucho más amplia que la especializada en filosofía. Quintana logra producir en su trabajo un encuentro muy productivo entre la filosofía y otras disciplinas de las Ciencias Sociales, sin sacrificar las fortalezas que provienen de un trabajo filosófico académico riguroso, pero sin dejar de mostrar lo productiva que resulta una mirada que se abre a otros modos de “leer” y analizar la realidad, y, sobre todo, a otras maneras de comprender la relación entre crítica y pensamiento.
Este equilibrio se corresponde con otros que no solo hacen del libro una contribución valiosísima sino urgente y esencial. Si, por un lado, como el subtítulo lo sugiere, el libro es una exégesis muy cuidadosa de la obra política y estética de Jacques Rancière, por el otro, Quintana ha logrado construir y exponer su propia postura filosófica, inspirada en Rancière, pero localizada en nuestro contexto histórico y político. El libro muestra así que la lectura de Rancière es una manera muy productiva de acercarse a los problemas que provienen de un lugar concreto –la situación política actual en Colombia–, a la vez que muestra cómo las preguntas que este lugar suscita traen a la luz aspectos del pensamiento de Rancière que de lo contrario no serían visibles.
De la misma manera, el libro combina de manera magistral una voz académica con una mucho más personal, distanciándose en determinadas ocasiones de las pretensiones de objetividad académica tradicionales, y de un lenguaje abstracto muy típico de la producción filosófica en Colombia, para dejar hablar más bien a lapensadora, con todo lo que ello implica: sus reacciones al pensamiento de Rancière son no solo académicas sino corporales, estéticas, en concordancia con las tesis que el libro defiende. La escritura denota así la corporalidad de quien la lleva a cabo, mostrando que lo filosófico pasa necesariamente por la materialidad del género, de la propia historicidad, de una mirada localizada, viva, sensible a su contexto y atenta a los afectos que no solo complementan sino suscitan pensamiento.
Todo esto se lleva a cabo en el trabajo de Quintana alrededor de la idea de “torsión”, término que el libro acuña para denotar un modo singular de concebir procesos emancipatorios, de resistencia política, en y desde el cuerpo. Quintana no se contenta únicamente con teorizar sobre estas nociones, sino que las pone a prueba en su lectura de ejemplos concretos de estos casos de torsión emancipatoria.
La mayoría de estos ejemplos, además, provienen de un acercamiento a experiencias de emancipación en Latinoamérica, con lo cual el trabajo de Quintana no solo logra extraer del pensamiento filosófico contemporáneo herramientas conceptuales útiles para un análisis local de lo político, sino que también está interesado en mostrar la riqueza de un pensamiento y unas prácticas emancipatorias locales, ajenas incluso a la teoría de Rancière, y muy propias de nuestros contextos políticos.
Así, Quintana enfatiza la importancia de ‘saber escuchar’ lo que la política ofrece ya desde prácticas emancipatorias concretas que, por estar usualmente articuladas de modos ininteligibles al statu quo, pueden pasar fácilmente desapercibidas a una mirada estrecha, apegada a los límites impuestos por lo disciplinar y lo académico. De este modo, la manera como Quintana da forma a su investigación alrededor de su propio contexto, amplía la posibilidad que la mirada filosófica adquiere cuando se constituye en una práctica de escucha ‘igualitaria’ entre la academia y las prácticas políticas no académicas. Este último aspecto es el que considero hace que en última instancia este libro no solo sea evidentemente pertinente, y un aporte original al conocimiento –como lo comprueba el reconocimiento de la Fundación– sino, sobre todo, una contribución esencial, y la prueba más clara de que la autora no es solo una investigadora rigurosa, una académica con una trayectoria clara y completa, sino una pensadora que ha madurado y dado forma a una voz propia.
Tomado de : https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/el-libro-de-la-filosofa-colombiana-laura-quintana-recibio-mencion-de-honor-de-la-fundacion-angel-escobar/77771

domingo, 25 de agosto de 2019

Coloquio Mujeres Filósofas y Pensamiento Feminista 2019

Organizado por Filosofía Universidad El Bosque y Humanidades Universidad el Bosque. Septiembre 4 y 5 . 10 am. Cra 9 No. 131a - 02, 110121 Bogotá.
Evento de entrada libre en el que se reconocen los aportes de las mujeres a la filosofía y se abordan filosóficamente cuestiones feministas.

Programación: https://docs.google.com/spreadsheets/d/1EoW_WYz8UkHD9T_PkVHKgkMlqtskutNCpmLfvVlfLag/edit?usp=sharing
La imagen puede contener: texto

IMAGEN_RCB.jpg


Se informa a toda la comunidad académica y a la sociedad interesada que está abierta la convocatoria de artículos para el año 2020 de la Revista Colombiana de Bioética. La convocatoria estará abierta hasta el 22 de noviembre de 2019. Los artículos sometidos para publicación deberán enviarse directamente por la plataforma OJS, o por correo electrónico a la dirección: revistacolombianadebioetica@unbosque.edu.co. El asunto del mensaje debe ser: Artículo para publicación en la Revista Colombiana de Bioética. Mayor información en el siguiente enlace:
https://revistas.unbosque.edu.co/index.php/RCB/announcement/view/28?fbclid=IwAR26TNz7B8Ganf6R7AV8ZuS7-CLYSiGuEKgm1rrlURVZOKE-y8UKl4XG3LM

lunes, 22 de julio de 2019

Muere la filósofa húngara Ágnes Heller, superviviente del Holocausto

Fue una de las pensadoras más influyentes del siglo XX, autora de una obra muy amplia, que reflexionó sobre la historia, la razón y la vida cotidiana.


Resultaba chocante el contraste entre el físico de Ágnes Heller (Budapest, 1929) la filósofa húngara fallecida este viernes a los 90 años, y la fuerza de su pensamiento y de su biografía. Menuda y solo aparentemente frágil, sobrevivió al Holocausto en Budapest —la mitad del millón de judíos asesinados en Auschwitz eran húngaros— y a la represión estalinista posterior a la Segunda Guerra Mundial, que le obligó a exiliarse durante décadas. Sin embargo, desde Estados Unidos y desde Australia elaboró un pensamiento basado en un profundo conocimiento de la historia, pero también de la vida cotidiana, a medio camino entre la filosofía y la sociología, que logró atravesar fronteras hasta convertirla en una de las pensadoras más influyentes de la segunda mitad del siglo XX.
Obras como Historia y futuro ¿sobrevivirá la modernidad?El hombre del renacimientoSociología de la vida cotidiana, Crítica de la ilustración o Para cambiar la vida son algunos títulos de Heller publicados en España, donde su pensamiento encontró una amplia difusión. Fue colaboradora habitual de EL PAÍS desde los años ochenta y publicó su último artículo en este periódico el pasado mes de abril, sobre el tema que más le preocupaba en este momento: el giro autoritario del primer ministro húngaro Viktor Orbán y el peligro que esto representaba para la democracia en Europa. Como superviviente de los totalitarismos nazi y soviético, sabía perfectamente cuáles podían ser las consecuencias de quedarse de brazos cruzados ante un asalto contra las libertades.
Creía que la historia no se repetiría y pensaba que estábamos muy lejos de los años treinta, pero a la vez estaba convencida de que la democracia estaba en peligro en algunos países de Europa, porque consideraba que el Estado de derecho no se basa solo en votar. También le preocupaba el asalto contra la razón por parte del extremismo islámico y el peligro que el nacionalismo representaba para la UE. Además, fue una importante pensadora feminista, un tema sobre el que afirmaba: "Es la única revolución que no considero problemática y es la mayor de nuestro tiempo, porque no es una movilización contra un periodo histórico, sino contra todos los periodos. La única totalmente positiva, tal vez junto al desarrollo de los derechos humanos".
Este diario la entrevistó en Budapest en el verano de 2017. Vivía en un luminoso y desordenado apartamento con impresionantes vistas sobre el Danubio, lleno de libros y de revistas sobre todo tipo de temas, que mostraban que su enorme curiosidad intelectual nunca se apagó. La Academia Húngara de Ciencias anunció el viernes por la noche su fallecimiento, aunque no precisó la causa. Según el portal húngaro 444.hu, falleció mientras nadaba en el lago Balatón, donde muchos ciudadanos de la Europa comunista pasaban sus vacaciones. Curiosamente, fue allí donde comenzó a resquebrajarse el telón de acero cuando a miles de ciudadanos de Alemania del Este que estaban en Hungría se les permitió abandonar el país hacia Occidente.
Heller no tenía ningún problema en responder a preguntas sobre cualquier tema, ni en recordar el Holocausto. Narraba la forma en que sobrevivió a la Shoah, cuando los nazis con el apoyo de los fascistas húngaros, los Flechas Cruzados, organizaron primero la deportación a Auschwitz de los judíos de Budapest y luego su asesinato en masa en la propia ciudad cuando, ante la inminencia de la llegada de los soviéticos, los trenes hacia la muerte dejaron de salir. "Como todo el mundo que consiguió salir vivo de aquello, fue por accidente. Mi padre fue asesinado en Auschwitz, mi madre y yo estuvimos a punto de morir, pero de alguna forma nos libramos. Los Flechas Cruzadas mataron a muchos judíos junto al Danubio, pero pararon antes de llegar a nuestra casa. También me dispararon, pero como soy baja, el tiro pasó por encima de mi cabeza. En otro momento nos pusieron en una cola. Supe que no debíamos quedarnos allí porque nos iban a matar y logramos escapar. Aunque eso no fue suerte, sino instinto".
Tras la Segunda Guerra Mundial, primero estudió y luego enseñó Filosofía en la llamada Escuela de Budapest, que impulsaba el filósofo marxista Georg Lukács. Después de la invasión soviética de 1956 que aplastó un intento de liberalización del régimen comunista húngaro, se convirtió en disidente y acabó por exiliarse, primero como profesora en Melbourne (Australia) y luego en la New School for Social Research de Nueva York. Hasta el final de sus días, dio conferencias y seminarios por todo el mundo.
Como otros filósofos arrollados por el siglo XX, reflexionó sobre la Ilustración y sobre cómo se podía haber pasado de la esperanza que despertó la razón –se consideraba deudora de pensadores de la modernidad como Spinoza y Kant– a los horrores del totalitarismo. Fue marxista en sus orígenes, aunque luego se despegó de cualquier marco teórico que cercenase su voluntad de buscar respuestas.
Perdió la confianza en la razón, porque sin ella no se hubiesen podido construir los campos nazis o soviéticos ni organizar la deportación de millones de personas, pero nunca en el ser humano. Preguntada sobre sus creencias, respondió en aquella entrevista: "¿Tengo que creer en algo? Tal vez pueda responder a su pregunta. Creo en algo: las personas buenas existen, siempre han existido y siempre existirán. Y sé quiénes son las buenas personas".
Fuente: 
https://elpais.com/cultura/2019/07/20/actualidad/1563613892_827024.html?fbclid=IwAR3o5ZxNm1EVvuK-DC-Th0W8w3IKSzBwF8ysFcWHgyWuxH7B3heG8OpNdrg

jueves, 18 de julio de 2019

Las fuentes filosóficas de nuestra independencia

Este 20 de julio celebramos el grito de Independencia de 1810, y el próximo 7 de agosto, la liberación del yugo español en la batalla de Boyacá. Si bien suele atribuirse a estos actos la influencia ideológica de la Independencia americana y la Revolución francesa, lo cierto es que las fuentes filosóficas de la Independencia se remontan al pensamiento español, específicamente, al del jesuita Francisco Suárez. 

El sacerdote jesuita Francisco Suárez (1548–1617), uno de los pensadores más relevantes de su tiempo, y quien influyó en las teorías liberadores que llevaron a la independencia de varios países de América Latina. Cortesía
Durante mucho tiempo circuló la peregrina idea de que España no había legado en filosofía nada digno a Europa. Sin embargo, esto se debe a que en la modernidad se llegó a pensar que África empezaba en los Pirineos mismos y que España sólo era tierra de conejos. Esta especie de eurocentrismo impidió reconocer que el pensamiento de hombres como Fray Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria y, muy especialmente, Francisco Suárez, mucho antes que Ortega y Gasset, habían legado a Europa parte de las ideas modernas. En estricto sentido, mucho de lo que hoy se llama defensa de las culturas, la diversidad étnica, el derecho internacional, o las discusiones sobre la “guerra justa”, no serían posibles sin de Las Casas y Vitoria; así mismo, la famosa teoría del contrato y de la soberanía popular, no lo sería sin el gran pensador español Francisco Suárez. 
En efecto, Suárez fue uno de los pensadores españoles más importantes del siglo XVI y XVII. Su influencia se puede rastrear en Descartes, Leibniz, Wolf, Schopenhauer y hasta en el mismo Heidegger. Esto se debe a que Suarez realizó en su famoso libro Disputaciones metafísicas,publicado en Salamanca en 1597, sendos aportes a la escolástica española, la cual tuvo una gran influencia en la modernidad europea. Sin embargo, uno de sus aportes más interesantes lo encontramos en su teoría política, especialmente, en su libro De legibus, publicado en 1612 y conocido también en toda Europa. 
Para Suárez, en estricto sentido, el poder reside en el pueblo, en la comunidad política. Ella posee la potencia, como diría Enrique Dussel.  De tal manera que, a diferencia de Hobbes, el jesuita no parte de un individuo abstracto, por fuera de la comunidad para fundamentar la autoridad política. Más bien, este individuo en comunidad, refrenda a posteriori la misma, mediante un pacto con un magistrado (monarca) o un grupo de ellos o aristocracia a quien se le delega el poder.  Desde este punto de vista, el gobierno es meramente un sirviente del pueblo, quien siempre conserva la soberanía, pues la delegación no es absoluta. Dice Dussel en su monumental Política de la liberación (volumen 1): “La comunidad política…siendo la depositaria última del poder político…puede transferirlo o trasladarlo a un magistrado o rey, previo contrato o pacto”, este traslado no es completo, ni irrevocable, sino que es “una concesión condicionada,  limitada […] El poder, por consiguiente,  dimana del pueblo”. Por lo demás, el pueblo o la comunidad política siempre puede recuperar el poder. Esto ocurre en varios casos, cuando las leyes son injustas, cuando son demasiados gravosas, cuando no se obedecen, es decir, cuando no tienen eficacia. Y si el rey se convierte en tirano y usa el poder para dañar a la ciudad, es lícito defenderse del rey pues el “pueblo nunca ha sido privado” del poder mismo.


https://www.elespectador.com/noticias/cultura/las-fuentes-filosoficas-de-nuestra-independencia-articulo-871697