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jueves, 7 de junio de 2012

"El TLC exige a Colombia aumentar los técnicos y los tecnólogos"

Una entrevista hecha por María del Pilar Camargo, perdiodista de Semana.com, para pensar la educación en Colombia a partir del TLC. El entrevistado es Alexander Gómez, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional. Al respecto de lo que dice habría que pensar ¿qué implica "adecuarse a las condiciones del TLC"? ¿Qué representa el fortalecimiento de la educación técnica y tecnológica para las humanidades? ¿Debe la educación jugar el juego de la industria? etc. Lean, Juzguen y Propongan. 

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Los países industrializados tienen más técnicos y tecnólogos que profesionales, una pirámide de formación que no existe en Colombia. Alexánder Gómez, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional, sugiere que ante el TLC con EE.UU., el país debe ampliar la oferta de programas tecnológicos y mejorar las condiciones laborales.

"Ser técnico en Alemania tiene un apoyo salarial y condiciones muy buenas, se permite un desarrollo social adecuado y no es visto como una formación de segunda. Hablamos de un cocinero o un conductor de taxi. Todo ese tipo de trabajos tiene una preparación técnica y ese nivel competitivo diferencia a los alemanes y les permite aumentar el trabajo formal", dijo Alexánder Gómez, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional (UN) al hablar sobre la educación superior en los países industrializados.

En la pirámide de formación, la realidad colombiana es muy distinta a la alemana, donde está claro que a medida que aumenta la especialización, disminuye la cantidad de profesionales.

En Colombia existen más egresados de programas de formación universitaria que técnicos y tecnólogos. Ese escenario no favorece al país ante la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, según lo consideró Gómez.

"Hay que ampliar la oferta en programas tecnológicos y mejorar las condiciones laborales de los técnicos y los tecnólogos. La promoción y el mejoramiento de las condiciones salariales para este nivel de trabajador a nivel nacional deben tomarse como una política de Estado. Esa cualificación nos permite ganar competencia a nivel industrial", explicó el docente.

Gómez precisó que el técnico y el tecnólogo, que "cuentan con una formación para el trabajo", se ubican en el nivel productivo, es decir, en los puestos claves para los desarrollos industrial y tecnológico, como las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
"La preparación del personal técnico y tecnológico es tan pertinente y de buena calidad que hace competitivas las empresas. Este grupo es el que le da sustento al desarrollo de la industria, la investigación y la tecnología", señaló.

En su criterio, Colombia debe aumentar el nivel de formación de técnicos y tecnólogos"promoviendo la base de trabajo, que es el Servicio Nacional de Aprendizaje(SENA)".

Para el académico, aunque el SENA tiene un gran prestigio en ese tipo de formación, una política estatal daría un soporte integral a los sectores empresarial e industrial.

"Aunque el SENA lo ha hecho muy bien, necesita fortalecerse y adecuarse a las condiciones que exige el TLC. Debe permitirse la realización de ciclos propedéuticos, que permiten estudiar un técnica, después una tecnología y luego acceder a una carrera universitaria", agregó.

El representante de la UN advierte sobre el riesgo de tener más trabajadores informales. "Eso implica pérdidas de eficiencia y calidad en lo que se realiza", dice. El docente señala que debe incentivarse la formación de nuevos empleos y cita vacíos en el área de la logística, las TIC y el bilingüismo, especialmente, el inglés. "Hay que dar aportes adicionales al sistema", recomendó.

El TLC comenzó a regir el pasado 15 de mayo ¿cuándo deben comenzar estos ajustes? "Debe ser inmediato lo que se comience a hacer como preparación ante el TLC. Los más interesados son los propios empresarios y las asociaciones como la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia y el SENA, también está el sector agroindustrial", apuntó.

Gómez recordó que el país alcanzó el 35 por ciento de cobertura en educación superior, "considerando el aporte que hace el SENA".

El académico agregó que las universidades privadas son más flexibles que las instituciones públicas, ante los cambios que exige el tratado comercial. 

"Las universidades privadas tienen más facilidad de reaccionar ante el TLC porque ofrecen programas que obedecen a necesidades específicas. Mientras que las universidades públicas tenemos unos controles y procedimientos que implican reaccionar de una manera más lenta", explicó.


Gómez advirtió que sólo se garantizará la calidad en la educación superior "si influimos en la calidad de la educación básica y secundaria". Además, sostiene que el país debe mejorar las condiciones de infraestructura para "que se permita hacer desarrollos en ciencia, tecnología e innovación".

"En cuanto a la calidad de la formación y la preparación en maestrías y doctorados de los docentes, hoy Colombia se puede adaptar mejor a las condiciones que impone el TLC que hace algunos años", apunta.

A favor

Ante el acuerdo comercial, el país tiene unas cartas de juego que le favorecen: la oportunidad de competir, la personalidad del estudiante colombiano y las acreditaciones internacionales.

Gómez destaca que uno de los beneficios del TLC es "la consolidación del proceso de apertura que realiza el país frente a las condiciones de mercado y las competencias globales".

El profesor asegura que los profesionales colombianos podrían tener acceso a trabajar en otros mercados del mundo.

En ese sentido, subraya el talento de los jóvenes como un punto a favor. "Cuando uno conoce el desempeño de los estudiantes nuestros en el exterior, se da cuenta que se desenvuelven muy bien, tienen autonomía y son muy creativos en enfrentar problemas y proponer soluciones. Además, tienen una capacidad de trabajo inmensa en cuanto a tiempo y dedicación. Hay mucho compromiso".

En su opinión, el acuerdo estimula a Colombia porque "hace competir al país". "Nos va a permitir hacer uso de esa capacidad del estudiante colombiano. Podremos desarrollar tecnología propia y dejar de ser solo exportadores de productos naturales", aseguró.

Finalmente, el experto señala que el TLC también puede representar algunas posibilidades de mejoramiento como lograr acreditaciones internacionales. "En eso hemos avanzado las principales universidades del país, con acreditaciones institucionales europeas o estadounidenses. Así garantizamos que estamos ofreciendo formación de primer nivel".

Según el docente, el acuerdo le traerá valor tecnológico a lo producción colombiana. "Se impactará el desarrollo de proyectos tecnológicos que le darán un valor agregado a lo que producimos. Seremos más competitivos, creceremos económicamente y podremos invertir más recursos en ciencia, tecnología e innovación", dice Gómez al aclarar que la inversión debe continuar en las ciencias básicas y sociales.

Ajustes claves

La inversión del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología aumentará a 0,5 por ciento con el Fondo de Ciencia y Tecnología, el cual contará este año con 800.000 millones de pesos, el equivalente al 10% de los recursos totales del sistema de regalías.

"Estaríamos alcanzando niveles comparables con México y Chile, y muchísimos menores que los de Estados Unidos, Japón y Alemania. Aun así, los aportes deben nacer de los sectores empresarial e industrial. Si las empresas crecen, tendrán posibilidad de crear departamentos propios de ciencia, tecnología e innovación", aseveró.

En su opinión, la contribución de la industria a la educación superior es una alternativa aceptada por la mayoría de los estudiantes que estudian ingeniería en la UN.

"Cerca del 70 y 85 por ciento de los estudiantes de las ingenierías prefieren hacer su trabajo de grado como pasantes en el sector empresarial. Hay cambios de actitud", indicó.

"Debe promoverse una estrategia integral que permita a los estudiantes de carreras como economía y administración, aportar con la industria y mejorar la productividad", añadió.

En criterio del docente, "hay una necesidad de desarrollos competitivos de calidad. Si no tenemos vías y buenos puentes, nuestros productos serán más costosos. La falta de infraestructura nos castiga con un bajo puesto en los índices de competitividad mundial", argumentó.

Finalmente, Gómez aclaró que el TLC no convertirá a la UN en una universidad tecnológica. "El fortalecimiento de las áreas de artes, ciencias humanas y todas las áreas creativas tiene muchísima vigencia. Tenemos que fortalecer el sistema completo. La investigación es de las ciencias naturales, como de la filosofía, etc. Es lo que nos va a permitir el crecimiento social del país, y no con un criterio exclusivamente instrumentalista ni tecnológico", concluyó.
Fuente: Semana.com

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