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lunes, 24 de febrero de 2020

El lugar de Estanislao Zuleta en la filosofía colombiana

Estanislao Zuleta fue un buen conocedor de Marx, pero no mantuvo una actitud servil ante su pensamiento. Como he escrito en mi libro Estudios sobre el pensamiento colombiano (volumen I): “la relación de Zuleta con el marxismo fue fructífera y totalmente crítica. Por eso Zuleta se consideró un marxista kantiano, un marxista freudiano, un marxista hegeliano, pero, en todo caso, un marxista…no hay que olvidar que Zuleta no se preocupó por el marxismo, el psicoanálisis, la literatura, el arte, etc., en sí mismos, sino como herramientas para pensar un problema específico. Zuleta criticó en muchos aspectos al marxismo, por ejemplo, consideró que Marx idealizó al proletariado, despreció la pequeña-burguesía, dio demasiada importancia a la economía sobre la ideología (aunque sostuvo que en Marx no hubo un economicismo)…no compartía del concepto de alienación, así como el asunto de la toma del poder, la propuesta de abolición del Estado…su concepción de los derechos humanos”, entre otros aspectos. Sin embargo, consideró que en lo fundamental su crítica al sistema capitalista era correcta, al igual que valoró su teoría del conocimiento y su anatomía de la sociedad burguesa. En pocas palabras, Zuleta mantuvo una distancia crítica, libre y auténticamente filosófica frente a Marx, actitud muy diferente a la de los filósofos especializados que, en muchos casos, viven de exprimir las obras de sus ídolos, con posturas regularmente acríticas y apologéticas.
Si bien desarrolló su pensamiento por fuera de las facultades oficiales de filosofía, no hay duda de que su pensamiento, que abarcó la literatura, el arte, la poesía, la filosofía, la historia, la economía política, pasando por autores como Kafka, Thomas Mann, Nietzsche, Hegel, Lacan, Freud, Marx, Platón, Heidegger, Goethe, entre otros, movilizó afectos y pasiones por la filosofía y el pensamiento en Colombia.
Si el verdadero filósofo es solo “aquél que asume el riesgo de pensar; que crea posibilidades nuevas de entender, de valorar o de saber”, como decía Darío Botero Uribe, otro outsider de la filosofía en Colombia, sin duda alguna Estanislao Zuleta fue uno…y de los mejores. Pocos pueden vanagloriarse de ese mérito. Por lo demás, sus obras hoy publicadas, transcritas de sus múltiples conferencias, entre ellas, lógica y crítica, El pensamiento psicoanalítico, Arte y filosofía, Thomas Mann, La montaña mágica y la llanura prosaica; Colombia: violencia, democracia y derechos humanos, así lo corroboran.
Su legado y su actualidad, pues, no se pueden desconocer. Basta recordar que ya desde 1985 en el libro La filosofía en Colombia, compilado por Rubén Sierra Mejía, el mencionado artículo “Marxismo y psicoanálisis” fue incluido, con lo cual se inicia un temprano reconocimiento a sus aportes, sin embargo, hasta la fecha, es el libro del profesor Alberto Valencia “En el principio era la ética. Ensayo de interpretación del pensamiento de Estanislao Zuleta” (1995, 2015), el que mejor y más sistemáticamente ha abordado su pensamiento. Igual reconocimiento ha recibido su obra por parte de filósofos como Pablo Guadarrama González.
Hoy, 30 años después de su muerte, es necesario recordar su figura, su legado y, ante todo, se hace necesario reivindicar su actitud filosófica en un mundo donde cada vez hay mayor orfandad del pensamiento.
Artículo completo en: 
https://www.elespectador.com/noticias/cultura/el-lugar-de-estanislao-zuleta-en-la-filosofia-colombiana-articulo-902800

Nueva edición de la Revista Filosofía UIS

El Observatorio Filosófico de Colombia extiende la invitación para consultar la nueva edición de la Revista Filosofía UIS, que pertenece a la Universidad Industrial de Santander.
https://revistas.uis.edu.co/index.php/revistafilosofiauis/
Número actual
Vol. 19 Núm. 1 (2020): Revista Filosofía UIS

Filosofía e inteligencia artificial

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Kant entre robots, Hegel con inteligencia artificial

  


Muchas de las aplicaciones del adjetivo “racional” en el sector de la tecnología —sistemas de inteligencia artificial y aprendizaje profundo, robótica, blockchain, big data, etc.— son poco claras. O lo son demasiado, porque no alcanzan a decir nada concreto. Por ejemplo, afirmar que un entorno es “racional” equivale a asegurar que es inteligible, o sea, que puede ser entendido a través de la razón. ¿Y qué significa exactamente eso entre los dispositivos de la cuarta revolución industrial?
Algunos de los usos más extendidos de este concepto se deben al sociólogo Max Weber, que hace setenta años ya distinguió la “racionalidad de los fines”, que se refiere a los objetivos que son medios para otros propósitos más complejos, de la “racionalidad del valor”, que se supone absoluta. Si, como preconizan administraciones de todo el mundo y poderosas corporaciones como Facebook o Google, el fin que se persigue con la industria 4.0 es una sociedad igualitaria, esta sería más racional que otra que fuese enormemente injusta. Sin embargo, las grandes declaraciones de intenciones continúan siendo difíciles de plasmar.

¿Cuál es la razón de las máquinas?

Como a los filósofos, a los ingenieros les preocupa determinar qué género, clase o forma tiene la razón. El influyente José Ferrater Mora ya habló de múltiples tipos: universal, particular, natural, adecuada, humana, divina, etcétera. ¿Cuál sería la de las máquinas? O, al menos, ¿qué combinación de ellas serviría para estos aparatos? A menudo, se asimila esta idea a una facultad; otras veces, al intelecto; hay ocasiones en las que la palabra funciona como sinónimo de prueba, o de explicación. Los profesionales del márketing intercambian estos vocablos a su antojo.
No obstante, centros de producción como Silicon Valley y de investigación como el Massachusetts Institute of Technology (MIT, Estados Unidos) han abierto un intenso debate alrededor de esta cuestión. De hecho, cabría pensar que se trata de la cuestión más profunda que están abordando ahora mismo. No en vano estasdiscusiones sobre ética son más encendidas que las controversias informáticas. La corriente de opinión mayoritaria se apoya en teorías clásicas, de autores como Karl Popper, Hans Albert e incluso G. W. F. Hegel e Immanuel Kant, para apuntar que esta razón, al ser analítica, presta atención a los procesos lógicos y matemáticos de inferencia y deducción.
Pero, al mismo tiempo, elabora descripciones y se examina a sí misma. Va más allá de lo meramente instrumental, práctico y mecánico. Al plantearse la posibilidad de que su racionalidad conformase un conjunto de normas independiente de su eficacia, la distancia entre personas y robots se reduciría hasta desaparecer. De este modo, habría que dejar de pensar en estos entes artificiales como “utensilios” o “instrumentos”, según las definiciones tradicionales de pensadores como John Dewey o Martin Heidegger.
¿Para qué sirve entonces la filosofía en la cuarta revolución industrial? Alasdair MacIntyre, una figura clave en la reactivación del interés por la “ética de la virtud”, sostiene que no hay política sin ética, porque estos dos conceptos no pueden separarse. La vida en comunidad, explica este profesor de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), exige que los ciudadanos sean virtuosos. La virtud es una cualidad, se puede aprender, no viene de un gen. Por lo tanto, como añaden los gurús de Palo Alto, si la pueden adquirir de esta forma los seres humanos, también los sistemas digitales.
Artículo original en :
https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20200111/472778317152/etica-robots-inteligencia-artificial.html?fbclid=IwAR3n83hU5axwgNdGG7Gk153-jJTqjFuaAymagD8H903Guybu77qBZCFv__w

“Apocalípticos e integrados” por Umberto Eco


En “Apocalípticos e integrados” Umberto Eco nos trae una serie de ensayos sobre la cultura de masas, a la que pertenecemos todos. En ellos analiza la estructura del mal gusto, la lectura de cómics, el mito de Superman, la canción de consumo, el papel de los medios audiovisuales como instrumento de información o el influjo de la televisión en la actualidad.
Basándose en estos fenómenos, Eco se plantea el problema central de la doble postura ante la cultura de masas. La primera sería la de los apocalípticos, que ven en ella la «anticultura», el signo de una caída irrecuperable, de nuestra decadencia, y la otra la de los integrados, que creen con optimismo que estamos viviendo una magnífica generalización del ámbito cultural. ¿Entre cuál de estas tendencias se sitúa usted, hay un término medio entre ambas? Para responder hay que conocer en profundidad la postura de Eco, para lo cual es necesario la lectura de esta obra, no obstante, le adelantamos parte de las ideas que encontrará en ella para así intuir a cual de estos grupos pertenece usted según Eco.
[...] Apocalípticos
Con el calificativo de “Apocalípticos” Eco hace referencia a todas las personas que dejan sus pensamientos en el pasado aferrándose a las viejas costumbres. Este tipo de personas estarían buscando una cultura que los relacione a todos. Por lo general, piensan que la cultura de masas es una especie de anti-cultura. Es por ello que rechazan nuevos fenómenos culturales.
Por ello, éste grupo intenta mantener sus viejas costumbres oponiéndose totalmente a todo lo que pueda avanzar. Lo hacen por la simple razón a que temen que su cultura sea erradicada con la entrada de las nuevas tecnologías. Como ejemplo de éste tipo de personas cabe añadir a las que rechazan fenómenos como el de cómic, que para otros representan una nueva forma de literatura, para ellos, sin embargo, supone un peligro ante la posibilidad de la pérdida de la importancia de los clásicos. Seguramente entre ambas actitudes hay un término medio, pero antes de atender a ello cabe preguntarse por quiénes son los integrados.
Los integrados
Esta otra comunidad es todo lo contrario a los anteriores ya que entienden que la nueva tecnología supone un verdadero progreso. Interpretan que todo lo que venga en tecnología tendrá siempre un futuro libre y prometedor, y por ello ésta se convierte en todo un arma para la cultura.
Esto implica al cine, la televisión, radio etc. Todos estos medios, desde esta perspectiva, son interpretados como una herramienta de mejora. Umberto Eco no esta muy de acuerdo con esta lógica, pues contempla la posibilidad de que, más que mejora, ésto lleve a convertirnos en un rebaño que confía ciegamente el estos avances, dando por hecho que nos llevan a un mejor futuro. No es que él se encuentre entre los apocalípticos, sino que apunta a la necesidad de un pensamiento crítico. [...]
Texto completo en el siguiente enlace:
 https://www.entelekiafilosofik.com/2019/02/06/apocalipticos-e-integrados-por-umberto-eco/?fbclid=IwAR1sZh0INTBv-hknRUUdXbxud2ItQS3FBTmOATKU8f_yTFaW5fFfCBfNhT4